La
letra chica llegó finalmente. Las preguntas de gran parte de los sectores
involucrados encuentran respuestas en el proyecto de reforma tributaria al
que LA NACION tuvo acceso.
En principio son ocho los principales impuestos que
se modifican: aportes y contribuciones de la seguridad social, impuesto a
las ganancias corporativas y personales, IVA, impuesto sobre los créditos
y débitos -más conocido como impuesto al cheque-, ingresos brutos, sellos
y aduanas interiores, impuestos internos, tributos ambientales y hasta el
impuesto a la transferencia de inmuebles. El plazo de implementación será
gradual: de uno a cinco años, y toma como referentes algunas de las reformas
establecidas en Chile y Uruguay.
La
reforma toma tres ejes principales: inversión y generación de empleo,
eficiencia y equidad y desarrollo económico.
En el
primero de los focos aparece la reducción en el impuesto a las ganancias
corporativas no distribuidas.
Esto se dará mediante la devolución anticipada de
saldos a favor del IVA por inversiones. Es decir que las ganancias de las
empresas estarán alcanzadas por una alícuota del 25%. Se aplicará un impuesto
adicional sobre los dividendos o utilidades distribuidas para completar el 35%
de la carga total.
Se establecen también presunciones para evitar
distribuciones de utilidades encubiertas: por ejemplo gastos personales de
socios o accionistas pagados por la sociedad.
El esquema será paulatino: del
35% actual al 25% en 2021. La justificación de este punto es que tener una de
las alícuotas más altas del mundo desincentiva la inversión.
Devolución
de saldos a favor del IVA por inversiones: Se implementa un régimen que
devuelve el crédito fiscal de IVA a las empresas que hayan realizado inversiones
y no la hayan recuperado en un lapso de seis meses. En el sistema actual quien
invierte puede tener que esperar mucho tiempo más para recuperar su crédito
fiscal de IVA por la inversión realizada.
Mínimo
no imponible para contribuciones patronales: Se establece un mínimo no
imponible de $12.000 de salario bruto para las contribuciones patronales. Se
implementará paulatinamente en cinco años y se ajustará por el índice de
precios al consumidor. También se unificarán de manera gradual las alícuotas de
contribuciones patronales para el sector privado (alícuota única de 19,5%) y se
elimina el esquema de reducción de contribuciones por zona geográfica. La
apuesta en este caso es que el mínimo no imponible reduzca el costo de
contratación e incentive la formalización del empleo.
También
apuestan a que se reduzcan los impuestos en cascada. Es decir al impuesto sobre
los créditos y los débitos bancarios (cheque) y los impuestos provinciales
sobre los ingresos brutos. De hecho el impuesto al cheque podrá ser utilizado
como pago a cuenta de ganancias. Según la justificación de Hacienda este
tributo genera distorsiones como la desintermediación financiera. También
buscarán un acuerdo con las provincias para reducir ingresos brutos, sellos y
eliminar aduanas interiores.
El
capítulo denominado mayor equidad y eficiencia en el sistema tributario
extiende a otros activos financieros el impuesto a las ganancias por rentas
obtenidas por las personas físicas hasta hoy exentas.
Se aumenta la deducción
especial en ganancias para trabajadores autónomos, se elimina el impuesto a la
transferencia de inmuebles y se extiende la aplicación del impuesto a las
ganancias con alícuota reducida. La alícuota, tal como anticipó La Nación, será
del 15% para rendimientos provenientes de instrumentos en moneda extranjera o
indexados. En esos casos no se gravan las diferencias de cambio ni las
actualizaciones.
Para
no gravar la renta nominal la alícuota será del 5% para rendimientos
provenientes de renta fija en pesos sin cláusula de ajuste. El Poder Ejecutivo
Nacional podrá elevar esta alícuota según las condiciones económicas
imperantes. Las acciones, en tanto, se mantienen con el tratamiento actual. La
justificación para gravar la renta financiera está dada porque de los seis
países más grandes de América latina, la Argentina es el único que no lo hacía.
La
eliminación del impuesto a la Transferencia de inmuebles (ITI) es otro de los
puntos a tener en cuenta. Se introduce un tributo a la ganancia de capital por
la venta de inmuebles -excepto casa habitación- con una alícuota del 15%.
Se agrega también un esquema de modificaciones en las alícuotas de impuestos internos:
Los celulares, televisores, monitores y otros productos similares pasan de tributar 17% de impuestos internos a 0%.
os autos de gama media que van de $ 380.000 a $ 800.000 reducirán sus tributos de impuestos internos de 10% a 0.
Las motos de gama media de $ 70.000 a $ 140.000 pasan también de 10% a 0.
Las aeronaves van por el camino inverso: de 10% a 20%.
Las embarcaciones de gama alta (más de $ 430.000) duplican sus tributos internos de 10% a 20%.
Las motos de alta gama (más de $140.000) también pasan del 10% al 20%.
Los productos que de acuerdo al Ministerio de Hacienda no son saludables cambian también sus alícuotas:
Whisky, coñac y otras bebidas blancas pasan del 20% a una propuesta gradual que los llevará al 29%.
Las cervezas del 8 al 17%.
Los espumantes del 0% al 17% de manera gradual.
Los vinos y sidras de 0 a 10% también de manera gradual.
Las gaseosas en general y otras bebidas sin alcohol pasan de entre 4 y 8% a un 17% gradual las que tienen azúcar añadido. Cabe aclarar que las light o sin azúcar mantienen el 0%.
Los cigarrillos mantienen su carga tributaria superior al 70%.
Otro de los puntos que se incorpora es el cuidado del medio ambiente como foco tributario. Para ello se modifica el impuesto a los combustibles para que dependa de la cantidad de dióxido de carbono emitido. Inicialmente afectará a combustibles líquidos y de 2020 en adelante se aplicará sobre gas natural, GLP y carbón.
Los impuestos a los combustibles se simplificarán. Pasan a ser dos montos de suma fija, uno de ellos por emisiones de C02 y el otro de forma tal que no altere la carga tributaria actual. Se respetarán también los pagos a cuenta, reducciones por zona geográfica y exenciones de recursos naturales.
FUENTE: LA NACIÓN
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